lunes, 15 de febrero de 2016

El comandante Izurieta

Eran casi las 10 de la mañana. Acababan de entrar los del alfa, bravo, charlie y delta. Todos formados a tiempo, como siempre. Debería haber estado en la sala de rectorado desde las 9:30  pero no podía faltar la formación, si quería que los niños estén ahí, él también debía estarlo.

Llegar a rectorado te llevaba por todas las oficinas de profesores.  A esta hora estaban mayormente vacías, salvo por el ocasional tecleo de alguien escribiendo exámenes o el más común quejido silencioso de los estudiantes castigados afuera de las oficinas. Pero ahora solo el sonido del acondicionador de aire central llenaba todo ese espacio.  Xavier, o "el comandante" como le decían, no sentía miedo, tenía mucha experiencia en tratar con jóvenes malcriados y adultos mal nacidos. Había perdido ya la cuenta de cuantas juntas de curso había llevado a cabo, pero esto era diferente.

"Disculpen por el retraso, deberes de inspector" - sus primeras palabras al entrar.  Debía pasar al rededor de todos los padres para llegar a su silla a lado de Maggie, la rectora. Era el último, y eso no ayudaba en su posición contra los padres de José, Bernardo, Enrique y Diego. Aun nadie había hablado pero se sentía la presión, 7 contra dos.

-"Bueno, empecemos la junta. " Inicio Maggie- "Les diré a los presentes las razones por las que el inspector Izurieta castigo y suspendió a sus hijos la tarde de ayer". Una pelea, no son muy comunes en el colegio pero cuando ocurren, tienden a ser grandes. En 1 minuto ya todos están alrededor de los dos o tres jóvenes, para el minutos dos ya todo tiende a haber acabado.  Pero la última no fueron dos, 5 de 5to en las canchas de básquet, por molestarse entre sí.


- “Sabemos que pasó nos contó todo. Y ya fuimos por esto con Isabela y el resto de padres.” Dijo la señora Intriago, madre de Bernardo
- En tal caso, esta reunión no parece tener propósito. Sus hijos violaron las reglas de esta institución y esta no ha sido la primera vez.” Casi inmediatamente respondió Xavier.

-“ El problema no es el castigo, sino a quien le fue dado. Sebastián no fue castigado, a él no lo mandaron a cargar pizarras por el resto del día, lo llevaron a la enfermería y no está aquí hoy, ¿Por qué?”

Silencio….

-“El cadete fue muy golpeado y recomendaron que fuera a la enfermería ayer” respondió Maggie
“y nuestros hijos no Maggie? Mira Enrique” Enrique estaba silencioso en una esquina avergonzado y temblando un poco por el frio y la tensión , su labio aun inflamado.
“Donde está tu hijo Xavier!”

Temía esto, Sebastián estaba en casa descansando, su ojo estaba muy morado esa mañana.
No estaban aquí para apelar el castigo de sus hijos. Estaban aquí para que Sebastián Izurieta también estuviera en esto.

“El cadete Izurieta fue una víctima del altercado, y hasta ahora no hay razón por la que pensar que el inicio la pelea”
-“Eso es mentira Maggie. Varios de sus compañeros dijeron que el también estaba molestando y el quería también pelear.”
“Sebastián no estaba envuelto, fue aparentemente una víctima de..”
-“No, no cadete Izurieta, esto no es de madre de familia a padre de familia, es a una autoridad justa y venerable de esta institución con más de 15 años aquí que está faltando al código por favoritismo”

El aire estaba pesado, Xavier había dejado de prestar atención. Favoritismo. Estaba moviendo sus
pies de forma errática bajo la mesa. Los “caferuchos” los zapatos que le dio su padre poco antes que el alzhéimer borrara a su hijo de su memoria. Viejos y gastados, los había usado cada día de trabajo desde que entro en el cargo de inspector. Eran fuertes, aguantaban, en calma, apuros, lluvia, sol, zapatos irrompibles. Tal vez….

Xavier dejo su pluma en la mesa y se levanto en entre las discusiones. Salió de la oficina y regreso después de unos segundos con un papel. Una suspensión limpia. Se la dio a la madre de Bernardo y solo se despidió a seguir su trabajo.

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